Como hacía mucho que no bajábamos al huerto, se nos propuso observar qué había cambiado, es decir, medir una serie de parámetros, que nos indiquen que elementos se habían transformado a lo largo del tiempo y así poder saber en qué debemos fijarnos cuando estemos con los niños y niñas.
Como por ejemplo, en las plantas, si han venido animales, si han crecido frutos en los arboles...
Así que nos pusimos manos a la obra y recorrimos todo el huerto en busca de aquello que se había alterado o modificado. Nada más entrar pudimos observar el cambio con respecto a la última vez que entramos, pues estaba muy diferente, había mucho verde, y la imagen visual era mucho más llamativa.
Según dirigíamos la mirada a los distintos lugares del huerto, podíamos observar el aumento de vegetación, así como flores y plantas nuevas que antes no estaban:
También vimos que en nuestro árbol habían salido frutos:
Pero lo que más nos impacto fue nuestro bancal, pues con respecto a la ultima vez que lo vimos, nuestros productos habían crecido muchisimo, tanto que incluso pudimos retirar algunos ajos y rábanos.
GUISANTES
AJOS
RÁBANOS
Seguimos caminando por le huerto y nos encontramos con el humedal, pudimos observar la cantidad de agua que tenía, si era mucha o era poca, el color, reflexionamos sobre si abrá vida en el, si en el agua hay microorganismos y si habia atraido o no a diferentes animales o insectos. Dijimos que era necesario que hubiese agua en el humedal, pues el hidroperíodo* es importante y por ello necesitamos que haya agua por lo menos hasta finales de mayo para que reptiles y anfibios se acerquen.
Para finalizar el día en el huerto, decidimos transplantar uno de los cultivos que teníamos, en una de las paredes del huerto. Para ello elegimos un lugar del huerto en el que transplantarla y retiramos la tierra creando un agujero algo más grande que la planta que vamos a introducir. Una vez obtenido el agujero, retiramos de la maceta la planta, volteandola con cuidado, sin agarrarla por el tallo, deslizamos el cepellón y lo aflojamos si las raíces están enredada, colocamos la planta en su nuevo lugar y volvemos a ponerle la tierra que hemos retirado anteriormente. Una vez colocada la tierra la aplastamos un poco con los pies pero sin llegar a dañar la planta. Más tarde, colocamos diferentes objetos a su alrededor para que todo el que entre al huerto pueda observar que ahí esta la planta y no la pisen, además de protegerla de ese modo, y la decoramos. Por último la regamos con abundante agua.
GLOSARIO:
*Hidroperíodo: Describe la disponibilidad de agua de un humedal al caracterizar su patrón estacional e interanual de inundación. Se define por la duración y la frecuencia de inundación del humedal. Se consideran tres tipos básicos: permanente, temporal y mareal. (Manual de restauración de humedales mediterráneos, pp: 224. AndalucÍa)










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